El estado de los delfines en Japón

La ira está aumentando en Japón después de que un delfín, 46 pingüinos y cientos de peces fueron abandonados durante meses en un acuario. Los defensores de los derechos de los animales han advertido que los animales marinos podrían morir si no son rescatados del acuario del parque marino de Inubosaki, en la ciudad costera del Pacífico de Choshi, al noreste de Tokio.

La difícil situación de Honey, un delfín nariz de botella hembra, así como la de decenas de pingüinos de Humboldt y cientos de peces y reptiles, ha provocado indignación a raíz de los informes de que fueron abandonados cuando la instalación cerró hace siete meses. Imágenes tomadas fuera del parque marino en marzo de este año muestran al solitario delfín languideciendo en una pequeña piscina. En otra fotografía, pingüinos de aspecto despeinado pueden ser vistos posados en una estructura cerca de lo que parecen ser montones de concreto suelto.

¿Alimentación defectuosa?

Los informes dicen que los empleados del parque marino estaban alimentando a los animales, aunque no está claro cómo están obteniendo alimentos y cuánto les queda. Es posible que el parque aún tenga grandes reservas de alimentos congelados o que los empleados estén comprando pescado fresco en Choshi, un puerto pesquero.

A los defensores de los derechos de los animales se les ha negado la entrada a las instalaciones, mientras que las autoridades locales no han podido ponerse en contacto con su propietario privado, el Parque Marino de Inubosaki. Las llamadas al dueño del parque quedaron sin respuesta. «Me preocupa que Honey muera si esta situación continúa», dijo Akiko Mitsunobu, directora de asuntos de acuarios en el Centro de Derechos de los Animales de Japón, al diario The Guardian.

A pesar de las afirmaciones del centro de salud pública de la prefectura de que el delfín y los pingüinos están siendo cuidados adecuadamente, Mitsunobu dijo que necesitaban ser vistos por expertos en bienestar animal que puedan ofrecer una segunda opinión. Sachiko Azuma, representante de la organización japonesa de defensa de los derechos de los animales Peace (Put an End to Animal Cruelty and Exploitation), dijo que el silencio de la ex operadora la dejó temerosa de lo peor.

«Como grupo que maneja animales, tienen la responsabilidad de explicar lo que piensan hacer con Honey y los otros animales», dijo. «Comparado con hace un año, se puede ver que su condición se ha deteriorado. Es imposible decir que está sana«.

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